Vesícula Biliar.
Vesícula Biliar
La vesícula biliar es un órgano con forma de pera ubicado en el borde inferior del hígado, entre los lóbulos derecho e izquierdo. Se divide en fondo, cuerpo y cuello, pudiendo presentar un infundíbulo en el cuello conocido como bolsa de Hartmann, así como válvulas espirales de Heister. Recibe irrigación de la arteria cística, rama de la hepática derecha y en menor medida de la arteria gastroduodenal.
La agenesia de la vesícula es poco común y suele estar asociada a la agenesia del conducto cístico. La vesícula puede encontrarse en ubicaciones ectópicas como la suprahepática, suprarrenal o en la pared abdominal anterior, e incluso puede presentarse la duplicación de la vesícula y el conducto cístico.
En la técnica ecográfica, se recomienda buscar la vesícula en planos sagital, transversal y oblicuo subcostal. Para evaluar adecuadamente la vesícula, esta debe estar contraída, lo que se visualiza como una pared gruesa que puede ocultar anomalías luminales o de la pared. Es importante realizar la ecografía con al menos 4 horas de ayuno.
La litiasis biliar es un trastorno muy frecuente a nivel mundial. Aunque la mayoría de los pacientes son asintomáticos, la ecografía es muy sensible para identificar cálculos en la vesícula. Estos cálculos suelen ser ecogénicos y presentar sombra posterior, aunque los menores de 5 mm pueden no proyectar sombra. En el caso de múltiples cálculos pequeños, puede observarse una línea ecogénica con sombra posterior, y se puede buscar el complejo WES (pared-eco-sombra). Otra alteración que se puede encontrar en la vesícula es la leche de calcio, una sustancia pastosa semisólida compuesta principalmente de carbonato de calcio, que en la ecografía se observa como una sombra acústica que forma un nivel en diferentes posiciones.
El barro biliar es una mezcla de partículas y bilis que se forma cuando los solutos se precipitan. Entre los factores predisponentes se encuentran el embarazo, pérdida rápida de peso, ayuno prolongado, nutrición parenteral y el uso de ceftriaxona. Sus complicaciones incluyen la formación de cálculos biliares, cólico biliar, pancreatitis y la posible hepatización de la vesícula.
La colecistitis aguda es un cuadro relativamente frecuente, generalmente causado por la impactación de un cálculo en el conducto cístico o en el cuello de la vesícula. El método de diagnóstico más práctico y preciso es la ecografía, que puede revelar engrosamiento de la pared (>3 mm), distensión de la luz de la vesícula (>4 cm), presencia de cálculos, cálculo impactado en el conducto cístico, líquido alrededor de la vesícula, signo de Murphy ecográfico positivo y vesícula hiperémica en el Doppler.
Entre las complicaciones de la colecistitis aguda se encuentra la colecistitis gangrenosa, que se presenta cuando la vesícula sufre necrosis debido a una inflamación aguda, prolongada o infectada, y la ausencia del signo de Murphy.
La colecistitis hemorrágica es un proceso poco frecuente en el que predominan las hemorragias dentro de la pared y la luz de la vesícula, siendo clínicamente indistinguible.
Artículo escrito por la Dra. Leticia López.
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